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El Manzano

      Este relato participa en el Reto anual: 12 meses 12 relatos 2021 organizado por De aquí y de allá  by TanitBenNajash  https://tanitbennajash.com/2020/12/21/reto-anual-12-meses-12-relatos-2021/ Mi existencia fue consecuencia del contacto de tus manos con la tierra. Tuviste que armar un techo de madera sobre el portón que daba al jardín, y colocar una lona sobre nosotros para que nos llegara la cantidad de luz precisa. Te aseguraste de mantener el ambiente siempre húmedo y fresco. Sonreíste por primera vez en mi cercanía cuando, por en medio de los cotiledones, surgía el pequeño brote que sería mi primera hoja verdadera. Me le había adelantado a los demás y por lo tanto era el que más llamaba tu atención. Y eras joven. Era probablemente una nueva experiencia para ti: la crianza de mi especie en particular. En aquel jardín había flores, arbustos, pero en ningún lugar un árbol frutal, después de todo. El tiempo corre distinto para ambos; eso es evidente. Pero por alguna razón tu cerc

Paprica

Llegó como un trueno, como una daga, cuyos ojos esmeralda flameaban y gran tormenta en ciernes ocultaban. Pues surgió en mí curiosidad que embriaga. Imposible era no invitarla a casa y querer todas sus penas conocer, para cuidarla antes del atardecer. Gran pena es que mi elocuencia sea escasa, Así ahuyentando toda la esperanza de volver a presenciar su firmeza, cautivadora, digna de alabanza. Guardo en memoria esas gélidas gotas que se deslizaron por sus mejillas y que ante ellas mis armas fueron rotas.

El Negocio

Este relato participa en el Reto anual: 12 meses 12 relatos 2021 organizado por De aquí y de allá  by TanitBenNajash  https://tanitbennajash.com/2020/12/21/reto-anual-12-meses-12-relatos-2021/ La mañana transcurrió como de costumbre en el pequeño apartamento. Una vez despierta y en la bañera con agua caliente, Yamanka encendió la varilla de incienso de mirra, pues, al parecer, seguía sin importarle mi sensible nariz. Mientras se secaba, se preparó su café con canela y piloncillo. Se puso su túnica púrpura decorada con mandalas y decoró sus largos y oscuros rizos, su cuello y orejas con llamativos colguijes, aros, pendientes y listones. Volteó el letrero de la puerta a “abierto” y se sentó en el antiguo sofá de la sala-comedor. Inhaló los vapores de la habitación y exhaló profundamente para después tomar un sorbo de la taza de cerámica entre sus manos. Empecé a jugar con una de las cadenitas que colgaban de su oreja izquierda, en primer lugar, para molestarla, y en segundo, porque estab